La fotografía es sin duda alguna una de las muletas en las que nos apoyamos quienes hurgamos en la historia de la técnica. Para nuestra fortuna, desde los comienzos del nuevo arte, la documentación de las obras de arquitectura y de ingeniería fue un objetivo de quienes las emprendían y realizaban que, bien por su capacidad de pagar los servicios de los mejores profesionales o bien por su propia afición a la cámara fotográfica, nos dejaron documentos que hoy nos resultan imprescindibles.

La publicación y difusión de algunas colecciones fotográficas, generalmente en cuidadas ediciones, así como la organización de exposiciones con su correspondiente catálogo han ido sacando a la luz algunos excelentes archivos. Hoy, la adquisición por museos y archivos de colecciones privadas, la digitalización progresiva de muchos fondos y su difusión en Internet ha multiplicado las posibilidades de consulta y acceso a los mismos.

Urbanisme architecture 4 . Ouvrages d’ingénieurs aux 19 et 20 siècles (1976) y Le Grand Oeuvre. Photographies des grands travaux / 1860-1900 (1983).

 

Algunos de estos libros son de los que tengo en estanterías al alcance de la mano, de los que no almacenan polvo por su consulta frecuente. Algunos de ellos, como Le Grand Oeuvre. Photographies des grands travaux / 1860-1900 han cumplido ya cuatro décadas, pero los comentarios de Bertrand Lemoine que acompañan a las fotos envejecen con una gran dignidad. Otros, como el excelente Obras Públicas de España. Fotografías de J. Laurent, 1850-1870, en la cuidada edición que nos regalaron Francisco Javier Rodríguez-Lázaro y José María Coronado Tordesillas hace 20 años, constituye un auxiliar imprescindible en el trabajo diario.

Obras Públicas de España. Fotografías de J. Laurent, 1858-1870 (2003).

 

El último de los libros de documentación fotográfica que ha entrado en mi biblioteca es un regalo reciente: Jorge Palomo Durán. Un fotógrafo inesperado con textos de José Manuel Ramírez Martínez, que fue también comisario de la exposición celebrada en Logroño. En las fotografías del ingeniero de caminos, canales y puertos Palomo Durán (Madrid, 1985-Logroño, 1942), no solo aparecen las obras, sino que, para nuestra fortuna, las protagonizan sus hacedores, los anónimos trabajadores de la construcción. El retrato del autor, posando en el centenario y magnífico Puente de Hierro de Logroño, es un documento para enmarcar

Jorge Palomo Durán. Un fotógrafo inesperado (2023) y Fotografía y Obra Pública, paisajes de la modernidad. Lucio del Valle, 1815-1874 (2015).

 

Es evidente que, las obras que se fotografiaban eran todas ellas excepcionales. Tanto si había que demostrar la fortaleza de las administraciones públicas, se trataba de enviar a una exposición universal la mejor imagen del país, de regalar al monarca el mejor album o de mostrar el poderío empresarial, se seleccionaba lo mejor y lo mas grande. Todas las fotografías que recogen estos libros nos muestran en general grandes obras públicas, grandes fábricas o empresas, familias importantes. Y, lógicamente por el periodo que inmortalizan, se trata de obras con firma, obras de autor. y, sin embargo, como dejó escrito Schumacher, lo pequeño es hermoso. Viajando no hace mucho por Epiro, en Grecia, nos detuvimos en Monodendri, lugar recomendable por muchas razones, aunque ahora quiero detener la mirada en un sencillo y a la vez extraordinario puente. El pueblo acoge un recomendable museo, el Rizario Photographic Center, que dedica sus espacios a la exposición Frédéric Boissonnas. Images from Greece. El fotógrafo suizo Boissonnas (Ginebra 1858-1946) realizó a lo largo de más de tres décadas fotografías altamente artísticas de Grecia en las que aparecían sus paisajes, sus restos arqueológicos y su gente. Sus fotografías griegas se preservan en el Museo de la Fotografía de Salónica.

Autorretrato con espejo. Frédéric Boissonnas – 1900 / Wikimedia Commons.

 

Boissonnas realizó en 1913 tres fotografías de un discreto puente en la pequeña isla de Spinalonga, en Creta. Un puente de madera, con estribos de mampostería; una elemental pero funcional ingeniería vernacula. En la primera de las fotos un grupo de gente con sus caballerías atraviesa la aparentemente frágil construcción. En la segunda se puede apreciar que el puente se abre para permitir el paso alternativo de un pequeño velero y podemos apreciar que se trata de un puente móvil, con una hoja levadiza de apertura manual. Motor de sangre,  sencillez, funcionalidad, maravilla de la construcción tradicional. El puente, que pudo ser obstáculo, pero que permite el uso alternativo y el discurrir de los dos tránsitos, el de los peatones y el de las embarcaciones. En una tercera fotografía, no expuesta, se aprecia que el lugar está habitado por ingenios que aprovechan la fuerza del viento costero y por las gentes que los atienden y viven de ellos.

Rizareios Exhibition Centre in Monodendri, Zagori, Epiro, Grecia. Cartel de Boissonnas. Colección Joaquín Cárcamo

 

Rizareios Exhibition Centre in Monodendri, Zagori, Epiro, Grecia. Fred Boissonnas: «Crete. Spinalonga island. 1913» / Foto de la exposición.

 

¿Ha perdurado el puente? Es la pregunta lógica. Pues sí y no. La isla de Spinalonga está en Creta. Pero se trata de un islote fortificado situado en el noroeste en el que no se aprecian rastros de ningún paso marítimo para embarcaciones. Sin embargo en la cercana Elunda, en el municipio de Agios Nikolaos existe un pequeño itsmo de camino hacia Spinalonga. El puente estuvo aquí. Y ahí permanecen aún sus estribos. Observando la secuencia de fotografías de Google Maps se aprecia con claridad y, pese a una ligera confusión entre Spinalonga y Elunda, no hay duda: este es el lugar. El paisaje actual del entorno puede verse aquí.

Situación del puente de Spinalonga en Elunda. / Google Maps.

Situación del puente de Spinalonga en Elunda. / Google Maps.

Situación del puente de Spinalonga en Elunda. / Google Maps.

Situación del puente de Spinalonga en Elunda. / Google Maps.

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