No quiero finalizar este año sin recordar que el pasado 29 de abril se cumplieron 40 años de la inauguración y apertura al tráfico del puente de Róntegui / Rontegi sobre la ría de Bilbao (1983-2023). Fue el primer puente construido sobre la ría entre Bilbao y el puerto exterior (exceptuando el excepcional Transbordador Vizcaya). Aunque el puente se encuentra en los municipios de Barakaldo en la Margen Izquierda y Erandio en la Margen Derecha de la ría, no sería del todo apropiado decir que los une. Al tratarse desde su concepción de una via de alta capacidad y discurrir a una cota muy elevada con respecto a los cascos urbanos, sobre todo en el caso de Erandio, quizás sería más apropiado decir que atraviesa ambos municipios y une las dos márgenes de la ría.
El proyecto fue redactado por el ingeniero de caminos José Antonio Torroja (1933-2021) de la entonces José A. Torroja, Oficina Técnica S.A. , hoy Torroja Ingeniería. Pero todas las obras son tareas colectivas y es de justicia no olvidar a los ingenieros del CEAT (Centro de Estudios y Apoyo Técnico) de Bilbao: Ignacio Yarza y Uranga, Ingeniero Jefe, Enrique Estella Escudero y José Antonio Plaza Asenjo. Y tampoco al primer ingeniero director, el ingeniero de caminos, canales y puertos José Pardo Torres, fallecido al ser atropellado junto a las obras por un tren de Renfe el 12 de enero de 1978. Una placa, hoy incomprensiblemente inaccesible, le recuerda desde la inauguración del puente, en la ladera de Rontegi. Lo recordaba también la periodista Teresa Abajo en un artículo publicado el diario El Correo en 2008, al cumplirse los 25 años de su apertura: Las dos orillas de una obra «tremenda» en el que hablaba con dos personas relevantes que trabajaron en la construcción del puente: el ingeniero José Alberto Pradera y el peón Periko Solabarria.
Se trata de un puente con diseño muy estricto y funcional. Su gálibo, 50 m sobre pleamar, quedó condicionado por la existencia del astillero Euskalduna en Bilbao. Está compuesto por dos estructuras independientes, una para cada calzada (dos viaductos paralelos de 655 y 635 m) . El tablero es un cajón monocelular de hormigón pretensado continuo de 7 vanos, empotrado en las pilas centrales y apoyado en el resto, con una luz principal de 145 m, construido por voladizos sucesivos en el tramo central y mediante cimbrado en los vanos laterales. El canto varía entre 7,30 m sobre pilas y 3,15 m en clave de los vanos centrales y en las zonas laterales. Las pilas son cajones huecos rectangulares, de hormigón armado, ancho constante de 8,0 m, y canto también constante de 2,0 m en pilas 1 y 6, de 3,50 m en pilas 2 y 5, y de 4,50 m en las centrales.
El viaducto fue el primer y único tramo construido (por rentabilidad del peaje) de la proyectada autopista privada Santander-Plencia. La concesionaria Vasco-Montañesa abandonó y hubo de ser rescatada por el Estado que poco después transfirió el puente al Gobierno Vasco. Durante estos 40 años transcurridos ha sido una pieza fundamental para la movilidad metropolitana, pese a no ser apto para la circulación de peatones y ciclistas.
En 2010 fue sometido a obras de rehabilitación por un importe de 3,5 millones de euros. En la actualidad se desarrollan obras de urbanización junto al puente en ambas márgenes de la ría para la construcción de un parque en la izquierda y de una vía para peatones y ciclistas en la derecha. Cabe esperar que con la finalización de ambas obras se realice la limpieza y mantenimiento de todo el entorno del puente.